El pasado mes de noviembre cumplimos 25 años velando por la protección del derecho de autor, instancia en la que también presentamos el Sello Sadel: una insignia para nuestras instituciones licenciadas, algo que resulta cada vez más necesario si se piensa en el avance acelerado de la inteligencia artificial, así como el uso ilegitimo de obras literarias.
Concretamente, se trata de una distinción que se otorga a establecimientos educacionales –colegios, universidades e institutos de formación técnica– con el propósito de evidenciar su compromiso con el derecho de autor. Por lo tanto, será explicito el cumplimiento de cada institución con la Ley de Propiedad Intelectual, la consideración hacia las creaciones de autores y autoras, así como la labor de los editores, además de controlar el riesgo de infracción de la Ley de Propiedad Intelectual.
De esta forma, el sello Sadel se posiciona como un signo de excelencia y nos sitúa al nivel de pares homólogos de países desarrollados, como Francia, España, Noruega y Finlandia, brindando confianza, innovación y una apuesta a la equidad.
Como Sadel, buscamos crear mayor conciencia en lo relativo al derecho de autor como un derecho humano y otorgar una retribución justa a creadores, creadoras y editores.
